
Un hombre va caminando descuidado, cuando, de repente, se cae en un foso de arenas movedizas.
Tranquilamente, el hombre observa cómo se va hundiendo, lentamente.
Ve que poco a poco va desapareciendo dentro de las arenas, pero él continúa tranquilo.
Pero cuando cuando las arenas casi le alcanzan la boca y la nariz, se pone nervioso y comienza a pedir ayuda.
Alguien oye sus gritos, lo localiza, y le acerca una rama para ayudarle.
El hombre agarra la rama, pero no hace el esfuerzo necesario para salir.
- "¡Tire de la rama... y salga!"
- "¡No, gracias, buen hombre! Si yo no necesito salir... si aquí estoy bien... ¡tan sólo quiero que las arenas no me tapen la boca!"